Los bonobos son junto a los chimpancés los
parientes vivos más cercanos al ser humano. En cuestión de genética nos diferenciamos
muy poco, apenas un 1,3%, de ambas especies, que entre ellas son aún más
parecidas, pero mientras los chimpancés tienen un carácter más agresivo, los
bonobos son conocidos por ser pacíficos, juguetones y sexualmente muy activos.
La investigación puede ayudar a identificar las bases genéticas de estos
comportamientos tan dispares e incluso, quizás, comprendernos mejor a nosotros
mismos.
El bonobo es el último gran simio que faltaba por
secuenciar, después del chimpancé, el orangután y el gorila, cuyo genoma se ha
conocido este mismo año. Nuestra «marca de fábrica» coincide con la de bonobos
y chimpancés en la misma proporción (un 98,7%). Sin embargo, el estudio,
realizado con el ADN de Ulindi, una hembra de bonobo del zoológico de Leipzig,
revela que en algunas regiones específicas estamos más cerca de los bonobos que
de los chimpancés, mientras que en otras ocurre precisamente lo contrario.
Ambas especies son aún más similares entre sí: su genoma solo se distingue en
un 0,4%.
Los bonobos y chimpancés se separaron hace apenas un millón
de años, pero, en efecto, sus comportamientos sociales son muy dispares.
«Mientras el chimpancé es más agresivo, con episodios frecuentes de ‘guerras’
entre tribus y un fuerte componente territorial, el bonobo se caracteriza por
su carácter pacífico y por su alto nivel de actividad sexual», explica Marquès
Bonet. «En los bonobos, el sexo tiene una función de unión social, pacificadora
y de reducción del nivel de estrés».
Separados sin cruces
Según el investigador, el estudio revela «que hubo un
proceso de creación de especies limpio y sin cruces posteriores». Los
territorios que ocupan los bonobos y los chimpancés en África central están muy
próximos, separados solo por el río Congo. Se cree que la formación de este río
pudo ser la causa de la evolución del antepasado de los chimpancés y los
bonobos en dos especies de simios distintas.
El objetivo de los científicos es buscar las bases genéticas
que puedan explicar las diferencias de comportamiento entre bonobos y
chimpancés. «Hemos localizado unos pocos genes candidatos, pero se necesitará
seguir investigando para determinar si estas regiones contribuyen de algún modo
a las diferencias y similitudes de comportamiento» entre las distintas
especies, concluye Marquès Bonet. «Ahora, tenemos que empezar a buscar».
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